Las coaliciones han de desarrollar competencias para orientar el diseño e implementación de programas que tengan un impacto real y significativo en la comunidad. Tanto cuando actúan como responsables de la implementación del programa como cuando juegan sólo un papel de promotor o catalizador de la intervención, las coaliciones deben tener habilidades para identificar las necesidades de la comunidad, diseñar soluciones innovadoras, y movilizar a la comunidad para que apoye y se comprometa con las actividades del programa.
Las coaliciones que promueven programas son más efectivas cuando los objetivos programáticos están claros y bien delimitados. Se deben proponer metas realistas, con objetivos intermedios fácilmente alcanzables, y actividades y servicios innovadores que cubran las necesidades de la comunidad. Por último, los programas deben ser sensibles a los valores, actitudes, lenguaje y conductas de la población diana.