Pensado inicialmente para su aplicación en residencias de personas mayores, desde entonces, se ha aplicado en diversos contextos residenciales, en particular, en centros especializados de atención a personas con demencia, en servicios dirigidos a personas con diversidad funcional de carácter intelectual, o incluso en unidades hospitalarias de agudos destinadas a personas mayores. Sus diversas aplicaciones experimentales y las correspondientes evaluaciones han permitido verificar que constituye un marco adecuado y fiable para promover la calidad de la atención y la calidad de vida desde un enfoque de atención centrada en las relaciones.
Aunque no parece haberse aplicado en servicios de otra naturaleza o dirigidos a otros grupos de población, el carácter universal de las sensaciones que fundamentan el marco de actuación parece indicar que podría implementarse en cualquier ámbito de la atención, aunque, lógicamente, puedan ser necesarias algunas adaptaciones en la caracterización de las sensaciones. De hecho, este potencial de expansión del Marco de Sensaciones fue resaltado por su autor principal, M. Nolan, en base a su grado de generalización analítica y en la versatilidad derivada de dicha característica; en otros términos, consideraba que, aunque los factores que generan las diversas sensaciones pueden variar entre contextos de atención de diversa naturaleza o dirigidos a diferentes grupos de población, la premisa misma no cambia, es decir, el hecho de que percibir o experimentar esas sensaciones es indispensable para que las relaciones creadas sean satisfactorias para todas las partes y el hecho de que dichas relaciones son determinantes de la calidad de la atención y de la calidad de vida.