El Marco de Sensaciones no fue diseñado con la idea de establecer una jerarquía entre las mismas, sino asumiendo su interconexión y su interdependencia. En efecto, las sensaciones no son compartimentos estancos y, por eso, aunque cada una de ellas se formule de forma diferenciada, es inevitable observar ciertos solapamientos en su caracterización, reflejo de la complejidad y la intrincación de las relaciones humanas.
No obstante, en su aplicación práctica, se ha observado que pueden responder a una cierta ordenación temporal, constatándose que, en las fases iniciales de la atención, las sensaciones más relevantes, son las de seguridad y pertenencia, tanto para las personas usuarias y familiares en la fase de acceso y adaptación al servicio, como para las personas profesionales en la fase de acceso a su puesto de trabajo; hasta que estas sensaciones no se afianzan es difícil percibir las demás.