A partir de valorar y definir lo que queremos y desde dónde lo queremos, necesitamos de unas «bases o principios motores» que nos permitan ir «aterrizando» en el trabajo comunitario cotidiano.
Estas bases son los fundamentos o instrumentos de un modelo de intervención:
Estos fundamentos o principios motores facilitan el abordaje de la compleja realidad de los entornos locales para hacer posible la opción de un desarrollo más integral y equitativo, la sostenibilidad social, económica y de medio ambiente.
En definitiva, el esquema o mapa conceptual que guía un proceso de desarrollo comunitario es el siguiente: