La finalización del proceso debe ser preparada y planificada por la figura profesional. La habilidad para finalizar un proceso de cambio y acabar con las relaciones producidas en su desarrollo es tan importante como la habilidad para implicar a la personas en el comienzo del mismo.
En la planificación del proceso se debe incluir una fecha de finalización. El establecimiento claro y conciso de objetivos y resultados permite realizar una evaluación del proceso de cambio. Para concluir el trabajo con éxito, la figura profesional debe conseguir, además. Que el cambio conseguido permanezca.