El objetivo final de la intervención protectora es garantizar el bienestar de los niños, niñas y adolescentes, es decir, garantizar la cobertura de sus necesidades básicas (físicas, de seguridad, emocionales, sociales y cognitivas). Por tanto, dichas necesidades serán referente principal en la definición de los objetivos de la intervención a desarrollar por los programas de intervención familiar con cada familia y cada menor.
A continuación, se expone cuáles son las necesidades básicas de la infancia y la adolescencia.