Debido a que la intervención en crisis parte de la búsqueda de un espacio de diálogo con la necesaria intimidad, y especialmente rompiendo con la presencia del grupo que puede estar reforzando comportamientos inadecuados, es especialmente importante finalizar esta intervención cerrando el proceso y devolviendo al chico o la chica a su situación original.
Si se estaba realizando alguna actividad en grupo en esta fase se les reincorpora, una vez analizada la situación con las posibles alternativas y realizado un acuerdo de responder de manera diferente en próximas ocasiones.
Se trata de que reciban el mensaje de que hemos aprovechado la situación para conocernos mejor y para aprender de la experiencia, y no se busca la sanción del comportamiento como aspecto esencial.
El mensaje fundamental que tratamos de trasladarles es que tras la intervención en crisis el ritmo cotidiano continúa y que esperamos que pueda desarrollar lo que se acaba de reflexionar y aprender en futuras situaciones.
Lo esencial de esta fase es lo siguiente:
El comportamiento del chico o de la chica cuando regresa al grupo suele ser un buen indicador de hasta qué punto hemos logrado nuestros objetivos.
En esta fase es importante evitar que el resto del grupo realice comentarios o intente destapar de nuevo la situación de crisis.
Cuando en un determinado contexto educativo las intervenciones en crisis se producen de manera natural y sistemática el grupo lo incorpora también como una situación normal y asume las reglas de su funcionamiento.