Consideraciones generales para la intervención con menores víctimas de violencia de género
Para garantizar la eficacia y éxito del trabajo con familias víctimas de violencia de género, es necesario que la o el profesional que interactúa directamente con la familia se coordine a estos dos niveles, es decir, tanto con su equipo directo como con las y los profesionales del sistema indirecto. (…)
En este sentido, ¿qué indicadores deben ser destacados como elementos estructurales de un grupo de trabajo en red?. A continuación se señala un total de 11 dimensiones como “sugerencias” para la aplicación práctica: (Douglas, 2009)
Una verdadera cooperación - trabajo en red = trabajo en equipo.
Énfasis en la calidad y en la innovación, en la gestión de riesgos y recursos, algo aún más pronunciado en momentos de crisis social y económica.
Congruencia cultural – los valores comunes de la misión deben estar objetivamente basados en el mismo “ideal”.
Papeles claros para las organizaciones involucradas – una intervención en red debe asumir una definición rigurosa de funciones y una existencia de protocolos muy definidos sobre el intercambio de información entre profesionales, de una manera sistemática y sistematizada.
La interdependencia de los beneficios - los resultados obtenidos deben ser tomados como resultado de una acción concertada/compartida entre todos.
Prevención de errores – la red debe prevenir la ocurrencia eventual de los siguientes incidentes:
Posibles desajustes en el intercambio de recursos.
Debilidad en la diseminación de información.
Conflictos derivados de la distribución de resultados.
Compromiso con las metas compartidas y con los objetivos comunes.
Fuerte confianza y respeto entre profesionales - debe ser un proceso de colaboración con un fuerte enfoque en las relaciones personales entre los profesionales implicados, que debe tener un fuerte sentido del “porqué” de la existencia de la red.
Dimensión adecuada – un número insuficiente o excesivo de entidades asociadas fragiliza la calidad de la intervención;
Cuando sea posible, antecedentes relacionales o historia de relaciones previas – una historia de colaboración positiva entre las organizaciones involucradas facilita naturalmente la construcción de una red eficaz;
Por último, debe demostrar la capacidad de defensa - las organizaciones participantes deben dar “voz” a un público específico con quien trabajan, y fomentar su seguridad y bienestar.
Fuente
Fundación Meniños, Guía de impacto de la violencia de género en niños, niñas y adolescentes. A Coruña, Fundación Meniños, 2012, 136 p.
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