Probablemente esta niña o niño no viva la violencia como algo problemático y, por lo tanto, no considerará que pase nada o que se deba cambiar alguna cosa. Este niño o niña vive en un entorno donde el dominio hacia la mujer está legitimado y, aunque no tiene por qué repetir los mismos patrones, no se puede cuestionar esta forma de relación. En la intervención con este niño o niña hay que evitar que viva una confrontación directa con sus creencias, es importante ir fomentando el cuestionamiento de sus modelos de relación pero siempre desde el respeto y sin que se sienta amenazado.