Es importante que a lo largo del proceso de recuperación y adaptación, las familias sepan que es muy recomendable que busquen y pidan apoyo a sus familiares, a su red social o que acudan incluso a grupos de autoayuda (grupos de apoyo mutuo).
Además de ese conjunto de apoyos informales, es esencial que desde los servicios de salud y desde los servicios sociales se articulen apoyos eficaces desde las fases iniciales del proceso. En un primer momento, las familias, en plena crisis emocional, se sienten perdidas, totalmente desorientadas, ante las posibles consecuencias del daño cerebral: es esencial que los equipos médicos y enfermeros que atienden a su familiar les informen con la mayor claridad posible de la situación y de su posible evolución. Es fundamental, también, implicar a los servicios sociales desde fases tempranas de la lesión cerebral. Y en esto juega un papel esencial la colaboración entre los servicios de salud y los servicios sociales. Conviene que desde el principio, el o la trabajadora social de la estructura hospitalaria en la que ha ingresado el paciente explique a la familia que, en algún momento, le convendrá contactar con los servicios sociales, porque estos pueden articular medidas de apoyo y ofrecerle la posibilidad de que el contacto se haga directamente desde el hospital. A medida que avancen las fases de recuperación y, en particular, cuando se vaya acercando la fecha de alta, podrán ponerse en marcha las diversas medidas de apoyo social; entre otras:
Asimismo es fundamental que vayan integrando estrategias que les ayuden no sólo a prestar apoyo al miembro que ha sufrido el daño cerebral adquirido, sino también a cuidar de sí mismos y de la vida familiar.
En la ficha siguiente, se ofrecen algunas recomendaciones que pueden resultar de utilidad para la persona que asume la función de cuidador o cuidadora principal.