Determinadas palabras y gestos se consideran socialmente obscenos o de mal gusto y, como tales, su uso indiscriminado y excesivo no es tolerado. La carencia de socialización sexual, unida a la carencia de educación sexual, contribuye a la utilización de términos inadecuados, coloquiales o vulgares, adquiridos por otros medios (películas, revistas, etc.), para referirse a conductas sexuales o a partes anatómicas.
Pretender eliminar completamente el uso de palabras obscenas es muy difícil, pero sí cabe tratar de reducir su frecuencia y ayudar a la persona a adquirir un lenguaje apropiado para referirse a las partes del cuerpo y a los actos relacionados con la sexualidad.
Pautas de buenas prácticas
Las principales vías para tratar de conseguirlo son: