La comunicación es clave para el ejercicio de la autodeterminación, para la construcción de las relaciones interpersonales y de las relaciones sociales y para garantizar la inclusión social y, dada su relevancia, debe constituirse en un área básica de apoyo a las personas que presentan limitaciones para la comunicación.
En efecto, la comunicación es esencial para ejercer un control sobre la propia vida y para tratar de alcanzar el tipo de vida que deseamos:
Todas esas funciones de la comunicación, hacen de ella un elemento crucial para ser un miembro valorado de la sociedad. Si esto es así, ¿en qué situación se encuentran las personas con graves dificultades para comunicarse? ¿Qué posibilidades tienen de ejercer un control sobre sus vidas? ¿Qué posibilidades reales tienen de ser miembros valorados de la sociedad? La verdad es que su situación es difícilmente imaginable para quienes no se enfrentan a esas dificultades:
Es difícil incluso imaginarlo, pero intuimos que, en esa situación, lo normal es experimentar toda una serie de sentimientos que contribuyen a crear una sensación de inseguridad:
En tales situaciones, los interlocutores acaban mostrándose irritados y renuncian a hacer el esfuerzo necesario para tratar de entender a quienes experimentan esas dificultades lo que, a su vez, aumenta la frustración de estas personas. Es más que comprensible que, con frecuencia, acaben renunciando a comunicarse o que traten de hacerlo por vías menos apropiadas (por ejemplo, desarrollando conductas problemáticas). La consecuencia directa de este estado de cosas es la infravaloración y la exclusión social. ¿Puede evitarse? La respuesta es sí, siempre que quienes les rodeamos nos esforcemos por evitar que ocurra, dedicando el tiempo necesario, mostrando buena disposición y especial sensibilidad, y estableciendo fórmulas y contextos de comunicación que permitan y favorezcan su participación activa en las relaciones sociales y en la vida social. Desde esta perspectiva, la comunicación constituye un área fundamental de apoyo para avanzar, en la práctica, hacia la autodeterminación y hacia la inclusión social de las personas con discapacidad.