La estrategia consistente en el cambio de estímulos puede resultar muy útil cuando la persona ya se encuentra en un estado de gran agitación, por ejemplo cuando su conducta agresiva/destructiva está a punto de producirse, o incluso en situaciones en las que la persona ya está presentando conductas graves.
En estos casos, la introducción de un elemento totalmente nuevo o la ligera modificación de una situación preexistente, le puede ayudar a detener una conducta problemática de forma temporal o permanente, por el efecto sorpresa que produce en la persona. Es importante tener en cuenta que la disminución de la respuesta sólo tiene carácter temporal y que la modificación del estímulo puede resultar ineficaz si se utiliza de forma repetida, dado que pierde su capacidad de sorprender a la persona.
Ejemplo 1:
Conducta problemática: la persona se acerca a un miembro del personal para agredirle, o ya le está agrediendo.
El personal puede reaccionar de esta manera:
Caerse al suelo y hacerse el muerto
Empezar a chillar y a gritar
Simular que tiene un ataque
Estornudar de forma muy ruidosa
Ejemplo 2:
Conducta problemática: la persona está a punto de romper algo, o ya ha empezado a hacerlo.
El personal puede reaccionar de esta manera:
Subir el volumen de la música
Empezar a cantar en voz muy alta
Pedir a los demás que salten o bailen
Empezar a correr y a gritar por toda la casa