El modelo de atención que defendemos para las personas con discapacidad reposa sobre dos pilares básicos:
- Por un lado, la aplicación efectiva en los servicios de los avances diseñados en las últimas décadas, a nivel internacional, desde un modelo social de discapacidad. Este modelo social, que tuvo su origen en los años 70 en el movimiento estadounidense de defensa de los derechos de las personas con discapacidad y que surgió en oposición al modelo médico imperante hasta entonces, introdujo la visión según la cual las limitaciones que experimentan las personas con discapacidad son atribuibles a la no adecuación del entorno físico y social. Esta nueva concepción, absolutamente rompedora y radical, determinó la necesidad de modificar las pautas de atención y marcó el comienzo del desarrollo de toda una serie de avances en la conceptualización y en el diseño de la atención. Estos avances son los que se consideran esenciales en la estructura del modelo, es decir en su articulación y en las metodologías de trabajo; en mayor o menor medida, su enfoque ya está presente en la red de servicios, pero es cierto que no siempre con la intensidad y el protagonismo que requieren.
- Por otro lado, el compromiso de situar el respeto y la promoción de los derechos de las personas con discapacidad en el núcleo de los servicios y de las actuaciones desarrolladas por las y los profesionales, pero también de las decisiones adoptadas, a nivel institucional, en relación con su planificación y su dotación.
En las siguientes fichas incluidas en este tema sobre "Modelo de Atención" se ofrece una aproximación a estas dos claves fundamentales de dicho modelo. Es, necesariamente, una presentación muy sintética de los principales conceptos al uso, pero puede ayudar a situarse a muchas personas que, con frecuencia, los oyen mencionar, sin saber siempre cuál es su significado y cuáles sus implicaciones reales.