Registro de la información y evaluación continuada del Plan
Es importante, como se verá en el siguiente apartado, prever revisiones formales del Plan, como mínimo sobre una base semestral, y en ellas conviene que participen las personas que, en su momento, participaron en la definición de las acciones del Plan Inicial. Pero esta periodicidad no es suficiente para garantizar que el Plan siga vivo, que se incorporen nuevas acciones y que se vaya adaptando a la evolución de las circunstancias, de modo que es recomendable realizar evaluaciones más frecuentes.
A continuación, se ofrecen algunas pautas que pueden resultar de utilidad:
- La evaluación puede afectar sólo a una parte del Plan.
- Durante la aplicación del Plan, pueden realizarse evaluaciones parciales cuya finalidad es verificar si determinadas acciones acordadas se han cumplido o no. Interesa que tomen parte en ellas la propia persona, algún miembro de su familia y la o el profesional que actúe como responsable de caso. Pueden ser muy sencillas, limitándose por ejemplo a recoger la opinión de la persona acerca del impacto de las acciones adoptadas en relación con una determinada cuestión, o la opinión de un familiar en relación con las dificultades para aplicar tal o cual decisión.
- Es esencial que el equipo que aplica el Plan constate la utilidad de evaluar su propio trabajo con vistas a mantener vivo el Plan.
- Partiendo de que, en la puesta en marcha del Plan, el equipo de trabajo puede decidir sobre la mejor forma de organizarse, es lógico que puedan aplicarse también diferentes formas de revisión y evaluación de los resultados alcanzados. En algunos equipos, será uno de los profesionales el encargado de registrar, con periodicidad diaria, la información referida a las diferentes acciones acordadas y de presentarla en la reunión periódica del equipo; en otros, esta función de supervisión recaerá en la o el responsable del equipo; en otros, puede optarse por encargar a cada miembro que asuma la responsabilidad de reunir la información relativa a un determinado tema o a una determinada parte del Plan, y de presentarla y debatirla con el responsable en el marco de las reuniones individuales de supervisión del trabajo.
- Para que los Planes se mantengan vivos es indispensable que se integren en la forma de trabajo del equipo y que, en consecuencia, tengan un impacto claro en las formas de trabajo, en la forma de supervisión, en la organización de los turnos y, lo más importante, en la forma en la que el equipo percibe a la persona y trabaja con ella.
- Algunas pautas pueden ayudar a estructurar la revisión:
- Coger una copia del Plan, en formato horizontal (ver Anexo A) e ir apuntando en cada sección los elementos nuevos de los que se dispone en relación con la forma de ser de la persona, con sus deseos o preferencias, con sus miedos, etc. Estos nuevos conocimientos pueden servir de base para dar respuesta a cuestiones que hasta ese momento se encontraban pendientes y para definir nuevas acciones.
- Utilizar un registro de aprendizaje. Es una forma de registrar la información, en base diaria, añadiendo a la descripción de cada actividad, datos referidos al contexto en el que se desarrolló y a cómo se desarrolló, tratando de definir qué aspectos fueron positivos, y cuáles no lo fueron y, en consecuencia, deberían modificarse en el futuro. Se puede diseñar una tabla que recoja estos datos:
- Fecha
- Actividad (qué, dónde, cuándo, cuánto tiempo, etc.)
- Quién estaba allí (personal, otros, etc.)
- ¿Qué funcionó bien en la actividad?¿Qué debería continuar?
- ¿Qué no funcionó?¿Qué debe modificarse
