La Planificación Centrada en la Persona supone un cambio de paradigma, en el cual se pasa del "Modelo de Servicios" al "Modelo de Apoyos" y, en su marco, se trata sobre todo de modificar la forma en que se actúa y la naturaleza de la relación con la persona con discapacidad. Aplicada de forma apropiada, su resultado es entender el estilo de vida que desea la persona y determinar cómo se puede conseguir; el proyecto que debe surgir de la aplicación de la Planificación Centrada en la Persona debe reflejar la visión que la propia persona tiene de su vida, no la de sus familiares, ni la de los profesionales, ni la de la organización.
Es una nueva filosofía de la atención y, como tal, sólo puede aplicarse de forma efectiva si encuentra en la organización una base sólida para aceptar los principios y valores que rigen su formulación. Para que la Planificación Centrada en la Persona, en cualquiera de sus modalidades, tenga un impacto real en la forma de trabajar en una organización y de prestar apoyo a las personas con discapacidad, no es suficiente que se desarrolle en un determinado servicio integrado en esa organización. Es indispensable que la organización en su conjunto asuma ese enfoque y que se extienda al conjunto de los servicios y que afecte tanto al personal de apoyo como al personal directivo.
Siendo lo anterior indispensable, no es suficiente: es necesario que también encuentre esa comprensión y aceptación en las propias personas con discapacidad, en sus familiares y en sus amigos, es decir, en quienes, por su vinculación, puedan tomar parte directa en el diseño de la planificación y/o en su aplicación.
Principales líneas de impacto de la adopción de la Planificación Centrada en la Persona:
En términos de tiempo, la introducción de la Planificación Esencial del Estilo de Vida es un proceso de medio y largo plazo: en un servicio, puede requerir entre uno y dos años de trabajo, siempre que se garantice una dedicación real. Esto no significa que haya que esperar ese tiempo para observar los primeros resultados, pero sí para afianzarlo como forma de trabajo y para alcanzar resultados sólidos en relación con los objetivos establecidos.