Recomendaciones prácticas para alcanzar el equilibrio entre derechos individuales y condicionantes organizativos
Comer
97. Ofrecer una dieta variada y equilibrada, adecuada en calidad y cantidad al apetito y a las necesidades nutricionales de las personas residentes. (Derechos en los que impacta esta recomendación: Protección de Derechos, Dignidad).
Algunas personas, por prescripción facultativa, deben tomar dietas especiales como por ejemplo:
dieta sin sal, para evitar la retención de líquidos y controlar la hipertensión;
dieta sin azúcar, para controlar la diabetes;
dieta baja en grasas, para controlar el colesterol y ciertos problemas cardíacos;
dieta baja en calorías, para controlar o prevenir la obesidad;
dieta alta en proteínas, recomendada para personas que han sido sometidas a cirugía;
dietas suaves sin especias, evitando frituras, para personas que padecen problemas digestivos.
Una dieta razonable para una persona mayor apenas se diferencia de la dieta habitual de cualquier adulto; simplemente debe contener menos calorías por la disminución de actividad y los cambios metabólicos. Las siguientes recomendaciones pueden resultar de utilidad:
Algunas personas mayores tienen menos apetito y precisan comer menos ración, pero con mayor frecuencia, distribuyéndolas en desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena.
Es recomendable mejorar la ingesta de frutas y verduras.
Se debe tratar de disminuir las grasas saturadas utilizando aceites poliinsaturados (de oliva y otros vegetales). Conviene tomar: leche desnatada o semidesnatada, mejor que leche entera; pescado, pollo o pavo, mejor que carnes rojas, evitando los productos embutidos que contienen gran cantidad de grasa.
Es preferible asar los alimentos que freírlos, y si se cuecen, se debe retirar la grasa que queda en la superficie.
La dieta debe ser rica en fibras para evitar la constipación intestinal, frecuente en las personas mayores: cereales, pan, arroz y pastas integrales, legumbres y patatas con piel.
Es recomendable que las personas mayores tomen gran cantidad de líquidos, hasta ocho vasos al día, especialmente si la dieta es rica en fibras. Se debe estimular por tanto la ingestión de líquidos ofreciendo zumos, refrescos, agua, etc. durante el día.
98. Ofrecer a los residentes ciertas posibilidades de elección en la dieta. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Elección).
Para garantizar ciertas posibilidades de elección, es necesario:
Ofrecer realmente la posibilidad de elegir entre dos menús, equivalentes en nutrientes, a fin de que, con independencia de lo que elijan en cada comida, no se desequilibre su dieta global. Conviene igualmente disponer de algunos cambios fijos, para quienes no deseen ninguno de esos dos menús: alguna ensalada, fiambres, tortillas, etc.
Servir dietas especiales, atendiendo no sólo a necesidades médicas sino también a preferencias culturales (alternativas vegetarianas, por ejemplo).
99. Introducir una dieta de sólidos blandos destinada a las personas que presenten problemas de masticación, a fin de retrasar al máximo el recurso sistemático a las dietas blandas (purés). (Derecho en el que impacta esta recomendación: Protección de derechos).
100. Adoptar la costumbre de ofrecerles la posibilidad de repetir un plato, sin esperar necesariamente a que lo pidan. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Elección).
101. Animar a las y los residentes a que participen en la planificación de los menús, aporten ideas o recetas propias y ayuden en la cocina o, incluso, preparen la comida en determinadas ocasiones. (Derechos en los que impacta esta recomendación: Satisfacción, Elección).
102. Ofrecerles la posibilidad de proponer, de vez en cuando, un capricho o una comida un poco especial, en domingos y días festivos, o en fechas señaladas (por ejemplo, el día de su cumpleaños). (Derechos en los que impacta esta recomendación: Elección, Satisfacción).
103. Ofrecerles una merienda completa y variada. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Protección de derechos).
104. Ofrecerles algún alimento o bebida al margen de las comidas programadas, e informarles con claridad de que pueden pedir algo de comer o de beber entre horas. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Elección).
105. Animarles a conservar, en lo posible, su autonomía para comer, enseñándoles, si fuera conveniente, a utilizar ayudas técnicas específicamente diseñadas al efecto, y prestándoles ayuda sólo en la medida en que lo necesiten, evitando, siempre que sea posible, suplirles en estas actividades, aunque resulte más cómodo y más rápido. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Autodeterminación).
106. Adoptar las medidas que resulten más adecuadas para respetar la privacidad de las personas que, debido a sus discapacidades, comen de forma inadecuada, y para respetar el derecho de los residentes a quienes tales conductas resultan muy molestas. (Derechos en los que impacta esta recomendación: Dignidad, Privacidad ).
107. Ofrecer a las personas residentes la posibilidad de comer en su habitación, cuando se sientan indispuestas. (Derechos en los que impacta esta recomendación: Elección, Privacidad).
108. Prever un tiempo suficiente para que puedan comer con tranquilidad y hacer un rato de sobremesa. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Elección).
109. Ofrecerles la posibilidad de cambiar de sitio en el comedor, si así lo desean. (Derecho en el que impacta esta recomendación: Elección).
110. Poner a su disposición un lugar en el que puedan conservar alimentos propios (yogures, algo de fruta, galletas, etc.), bien en su habitación, bien en la despensa común. (Derechos en los que impacta esta recomendación: Elección, Satisfacción).
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