Para establecer una comunicación efectiva con la persona será necesario considerar también el momento y el lugar en el que se da la comunicación y el impacto que los mismos pueden tener en ella, en términos de facilitación o, por el contrario, de obstaculización. En la tabla siguiente se recogen una serie de preguntas que pueden ayudar a analizar ese contexto.
- ¿Tenemos suficiente tiempo para mantener esta conversación?
- ¿Estamos a gusto? ¿Es buena la temperatura? ¿Es adecuada la iluminación? ¿La habitación está diseñada y amueblada de una forma que favorece y facilita la comunicación? ¿Es un ambiente relajado?
- ¿Hay algún tipo de distracción: música, televisión, presencia de otras personas?
- ¿Es el momento del día más adecuado para conversar? ¿Está la persona alerta? ¿Estamos ocupados en alguna otra tarea en ese mismo momento? ¿Cuánto tiempo puede estar concentrada la persona? ¿Cada cuánto tiempo deberíamos hacer un descanso?
El entorno físico tiene un gran impacto en la comunicación: puede facilitarla o puede obstaculizarla, lo cual es un aspecto a tener muy en cuenta en la estructuración y el diseño de los servicios de apoyo.
En la siguiente tabla, se identifican una serie de situaciones en las que la comunicación puede verse dificultada por el entorno físico, y se proponen fórmulas orientadas a ofrecer soluciones alternativas.
- Cuando la barrera física es ambiental: espacios en los que la temperatura es inadecuada -demasiado frío o demasiado calor- o en los que el tipo y nivel de iluminación son inadecuados -lugares excesivamente luminosos o, por el contrario, en penumbra- y que determinan que la persona no se sienta en ellos cómoda o a gusto.
- Cómo superarlas:
- Encontrar un lugar más confortable: identificar espacios en los que la persona se sienta más a gusto y hacerlo con la participación de la persona; los espacios así identificados serán, sin duda, más adecuados para favorecer una comunicación efectiva.
- Cuando la barrera física es el ruido: espacios en los que hay demasiado ruido de fondo -música a un volumen excesivo, voces de otras personas, timbres de teléfonos- pueden dificultar la comunicación: la dificultad para oír lo que otro dice tiende a reducir los intentos comunicativos.
- Cómo superarlas:
- Elegir un ambiente tranquilo: si vemos que el exceso de ruido puede afectar a la comunicación, bien porque se nota a simple vista, bien porque la persona lo indica, conviene tratar de encontrar, con su participación, un espacio más tranquilo, más apto a la conversación.
- Cuando la barrera física son las distracciones: espacios en los que hay mucha gente alrededor y mucha actividad o movimiento, que pueden distraer y dificultar la comunicación.
- Cómo superarlas:
- Elegir un ambiente menos concurrido: a ciertas personas les encantan los lugares concurridos y otras los odian o, por lo menos, les incomodan. Es importante saber si la persona a la que prestamos apoyo los aprecia o no y, en cualquier caso, tratar también de saber si estar en un contexto de este tipo puede dificultar o frenar sus intentos comunicativos.
- Cuando la barrera física produce desorientación: espacios insuficientemente señalizados o mal señalizados.
- Cómo superarlas:
- Mejorar la señalización: la comunicación debe servir a la persona para comprender lo que ocurre a su alrededor facilitando su autonomía y su integración en el entorno. Una de las maneras de conseguir esto es a través de la señalización alternativa que permite a la persona orientarse en un entorno físico dado:
- utilizar pictogramas u otras señales en las puertas de las salas, aseos, taquillas,... para identificar cada espacio;
- poner pictogramas u otros sistemas tales como relojes adaptados, agendas, etc. Para comprender horarios, rutinas, comidas, etc.;
- elaborar la información que existe en el servicio Centro (normativa, carta de derechos, tablón de anuncios,...) utilizando para ello sistemas de escritura y lectura fácil.
- Cuando la barrera física genera estrés: algunas situaciones -por ejemplo, una entrevista individual o determinadas actividades en grupo- pueden resultar estresantes para la persona y dificultar que se concentre en la comunicación.
- Cómo superarlas:
- Minimizar los factores estresantes: es fundamental saber cuáles son los factores que determinan el carácter más o menos estresante de una situación y adoptar las medidas necesarias para evitarlos. Es importante tener en cuenta que estos factores pueden ser otros que los que nos estresan a nosotros mismos. Cada persona muestra sensibilidad hacia diferentes estímulos externos.
- Cuando la barrera es el cansancio: cuando se tienen dificultades para expresarse o para entender lo que dicen los demás, los intentos comunicativos pueden generar cansancio. También determinadas medicaciones pueden causar somnolencia o disminuir la capacidad de concentración.
- Cómo superarlas:
- Hacer un descanso: interesa identificar las señales que indican que la persona está empezando a cansarse, para poder sugerir, en el momento oportuno, un breve descanso durante la conversación. Importa también elegir las horas del día en las que se sabe que la persona está más alerta, menos afectada por la medicación que, en su caso, tome. Ser claro y conciso para no saturar sus recursos atencionales.
- Cuando la barrera física es una sobrecarga sensorial: para algunas personas con autismo o déficit de atención puede resultar muy difícil enfrentarse a diversas señales sensoriales, auditivas o visuales, a la vez. Pueden sentirse saturadas rápidamente y resultarles imposible comunicarse en ese estado.
- Cómo superarlas:
- Mejorar el entorno: en estos casos, hay que tratar de determinar qué cambios en el entorno físico podrían ayudar a la persona a sentirse más cómoda y estar dispuestos a introducir esas modificaciones, en su caso, con los consejos y la ayuda de un especialista (por ejemplo, de un terapeuta ocupacional). Se le podría llevar a un lugar con hipoestimulación o con pocas demandas en el ambiente.