La frecuencia y regularidad con la que se defeca varía entre una persona y otra, principalmente debido a sus hábitos de vida, la patología asociada y los medicamentos que toma. La frecuencia de estas deposiciones no líquidas considerada normal está entre 2-3 veces al día y 2-3 veces a la semana. La sensación posterior a la defecación tiene que ser de evacuación completa y no dolorosa.
El estreñimiento se produce cuando la consistencia de las heces es tan dura que la evacuación provoca presión e incomodidad. También hace que la persona que lo sufre se sienta hinchada y, en ocasiones, que tenga mal aliento y dolor abdominal.
Los problemas de estreñimiento son muy habituales entre las personas con discapacidad, ya que están íntimamente asociados a factores como la falta de movilidad, la toma de medicación, la existencia de malformaciones intestinales o incluso el inadecuado posicionamiento en el WC.
Pautas de Buenas Prácticas para Prevenir el Estreñimiento
El estreñimiento puede tener diversas causas y por ello conviene disponer de un protocolo de aplicación que garantice una actuación correcta en todos los casos, especialmente en personas con discapacidad intelectual profunda, en las que es un problema habitual.
Así, cuando se observan indicios de estreñimiento, lo primero que hay que hacer es asegurarse de que efectivamente se trata de un problema de estreñimiento. Para ello, conviene llevar un registro de deposiciones, que permitirá conocer el patrón habitual de la persona, detectar los cambios que se produzcan en el mismo, y adoptar medidas a tiempo evitando así alcanzar situaciones graves. A pesar de ello, puede ocurrir que se produzca un problema de estreñimiento de tal gravedad que produzca un bloqueo intestinal, presione la vejiga y cause incontinencia de orina. Es también una causa común de incontinencia fecal, que puede confundirse con diarrea, debido a que se produce una filtración de los líquidos fecales por desbordamiento. Es indispensable, en estos casos, que sea el médico quien determine el tratamiento a seguir, siendo labor del personal de apoyo seguir sus indicaciones, tanto en términos de registro de información (frecuencia de deposiciones, uso de diferentes fármacos, ingesta de agua,...), como de administración de tratamientos como laxantes, supositorios, enemas, u otros.