Favorecen la máxima participación de la persona. Las primeras ayudan a verificar la realidad objetiva de los hechos, estimulan a pensar lógica y razonablemente. Los comentarios se dirigen más a la afectividad; anima a la persona a expresar su subjetividad y le transmiten una respuesta empática.
Tratan de proporcionar a la persona las informaciones necesarias para orientarle en la búsqueda de una solución. Intervienen una vez que la persona ha adquirido una visión más clara del problema.
Un tercer grupo de técnicas que, según Perlman, deben manejar los y las profesionales de la intervención es el conocimiento de los recursos del medio y su utilización.