Este modelo propone elegir entre todas las dificultades que presenta la persona una sola, para fragmentarla y afrontarla mediante tareas específicas. Los autores de la teoría, Reid y Epstein, dan a esta dificultad el nombre de problema-diana y le otorgan las siguientes características:
Para elegir el problema-diana, persona y profesional verifican la lista de dificultades. Una vez revisada esa lista, se pide a la persona que elija la dificultad por la que quiere comenzar. Una vez que la persona ha hecho su elección, se centrarán sobre la dificultad y la situarán de manera más precisa en el espacio y en el tiempo.
La exploración de las dificultades, la elección de la diana y su fragmentación ayudan a la persona a analizar y precisar ciertos puntos y, sobre todo, le dejan libre de aceptar o rechazar la ayuda ofrecida.