Arazoen ebaluazioa
Las actividades y técnicas que debe poseer una evaluación de los problemas son:
- Identificación y fijación del problema. Para ello hay que tener en cuenta tres aspectos: las circunstancias sociales, la decisión de la gente de que dichas circunstancias constituyen un problema y las razones de esta decisión. La figura profesional no debe evaluar el problema como un defecto o característica de una determinada persona, sino como resultado de las interacciones de los diferentes sistemas.
- Análisis de los sistemas que han participado en la creación de la situación problemas.
- Fijación de los objetivos y fines. Esto se realizara por parte de la figura profesional junto con la persona.
- Determinación de las tareas y estrategias, especificando quién debe hacer qué, cuándo y con que límite temporal.
- Estabilización de los esfuerzos por el cambio. Se debe realizar una anticipación sobre cuáles van a ser los problemas que pueden surgir como consecuencia del esfuerzo para el cambio, y que cosas hay que hacer para que el cambio, una vez conseguido permanezca estable.
- Declaración por escrito de la evaluación del problema
La evaluación del problema no tiene un final, sino que es un proceso continuado a lo largo de toda la intervención. La información acerca de las personas y sistemas implicados es de vital importancia para la planificación del proceso de cambio.
Entre las herramientas que proponen para una recogida de datos eficaz están las siguientes:
- Entrevistas. pueden utilizarse diferentes técnicas como interrogatorios verbales; formularios, test y cuestionarios o técnicas proyectivas (como el role playing o el uso de dibujos).
- La observación, bien de una situación natural real o de una situación previamente construida y estructurada.
- La utilización de material escrito existente (datos estadísticos, gráficos, etc.)
- Establecer una estrategia de recogida de los datos que necesita, en el que la figura profesional especifique las técnicas que va a utilizar para tal fin.
En los primeros encuentros entre el o la profesional y un sistema de cliente, sistema de acción o sistema destinatario, con el fin de implicar a los diferentes sistemas en la necesidad de cambio, la figura profesional debe analizar la percepción de cada uno de ellos respecto a los beneficios y de los costes que les va a suponer trabajar para el cambio.