La mayoría de veces, la intervención no se limita al nivel de recursos y del entorno, y comporta también un trabajo directo con la persona.
El papel del profesional o de la profesional consistirá en ayudar a la persona a aprender qué recursos están a su alcance y cómo hacerlos valer. Las técnicas de intervención directa se clasifican, según Hollis y Woods (1981) en seis grupos:
La figura experta demuestra su interés, deseo de ayuda, entendimiento, expresiones de confianza en las capacidades y habilidades de la persona, así como preocupación por las cuestiones por las que muestra ansiedad y culpa.
La figura profesional trata de suscitar un cierto tipo de comportamiento haciendo una sugerencia, poniendo el acento sobre la importancia de una gestión, dando opiniones y consejos, etc.
Los autores y autoras de este enfoque, aunque reconocen que es mejor para la persona llegar a tomar sus propias decisiones, defienden que es evidente que bajo ciertas circunstancias la dirección y el consejo no sólo es solicitado por las personas que demandan ayuda, sino que es útil para ellas.
Consiste en animar a la persona a la libre expresión de sus sentimientos y crear un clima que haga posible esta expresión. Este material ayuda, en primer lugar, a la figura profesional a entender a la persona y sus problemas.
Al revisar los hechos, experimentan y expresan fuertes sentimientos que son vitales para entender el problema. La persona, además, consigue un alivio de la tensión al dar salida a los sentimientos.
Al igual que ocurre con las técnicas expuestas sobre el apoyo y la orientación estas técnicas se encuentran dirigidas a reducir la ansiedad, el aumento de la autoestima y de la confianza de la persona, aunque para conseguirlo utilizan medios diferentes:
1. Percepción y entendimiento de los otros (extrarreflexión):
A menudo las personas tienen una visión parcial y distorsionada de la realidad que tienen delante, debido, sobre todo, a que ven y oyen aquello que quieren ver y oír y/o como consecuencia de que sus sentimientos les conducen a ignorar aspectos importantes de la situación. Otras personas tienen la dificultad de poder ponerse en el lado de los otros.
La figura profesional puede ofrecer conocimientos y ejercicios mediante los cuales mejore la percepción e interpretación de la realidad para poder provocar un cambio en la persona.
2. Entendimiento del propio comportamiento:
Mezcla de extrarreflexión e intrarreflexión. Implica reflexión sobre las decisiones y actividades de la persona, y sus efectos en la interacción con la situación en la que se encuentra y con las personas con las que el cliente mantiene vinculaciones.
3. Darse cuenta de la naturaleza del propio comportamiento
Supone darse cuenta por parte de la persona de los sentimientos y de las reacciones ocultas.
4. Respuestas a provocaciones situacionales y estímulos
Consiste en esforzarse por entender las razones que provocan ciertas reacciones a provocaciones externas y el pensamiento externo que justifica esas reacciones.
5. Evaluación de algún aspecto del comportamiento de la persona
Se trata de realizar una autoevaluación, en el sentido de cómo se ve, cuál es la imagen de sí misma, que es correcto y qué equivocado, valores, principios, etc.
6. Darse cuenta y entender los sentimientos sobre el o la profesional de la intervención y sobre el proceso
Conviene aclarar en los primeros contactos la naturaleza del proceso de ayuda, qué quiere la persona, cómo puede ayudarle la figura profesional, la forma en que pueden trabajar conjuntamente para resolver el problema, etc.
Procedimientos encaminados a impulsar que la persona piense, reflexione, sobre los elementos psicológicos que definen y moldean su comportamiento, la dinámica de estos elementos, así como su posible tendencia futura.
La persona es ayudada a tratar con las expectativas vitales iniciales (a reflexionar de forma episódica sobre su infancia) que son importantes, porque, aunque ocurrieron en el pasado, han sido internalizadas y forman parte de las reacciones actuales. El objetivo es provocar un cambio en el sistema de personalidad.