Se utiliza cuando el principal objetivo es la adherencia a rutinas, normas y obligaciones claramente establecidas. Son intervenciones ante conflictos que tratan de restablecer el curso de las actividades y de la vida cotidiana por encima de otros criterios.
Se trata de respuestas muy sencillas, del tipo Es bastante frecuente que los educadores la utilicen, por ejemplo, cuando algún adolescente regresa tras haberse ausentado sin permiso.
En estos casos se persigue una reacción de normalidad y de integración en la convivencia como primera estrategia. En otras ocasiones, ante conflictos grupales por ejemplo, la asignación de tareas o actividades para todo el grupo, o de manera dividida, puede cortar el conflicto y normalizar la situación.
Elvira, L., (coord.), et al., Salud mental de menores en acogimiento residencial. Guía para la prevención e intervención en hogares y centros de protección de la Comunidad Autónoma de Extremadura. Badajoz, Junta de Extremadura, 2011, 240 p.