La atención personal engloba los apoyos para las actividades básicas de la vida diaria, es decir, las actividades primarias y esenciales relacionadas con las necesidades físicas y fisiológicas de las personas. Abarca una realidad amplia, que incluye muy variadas actividades, todas ellas personales, pero no todas ellas igual de íntimas. De ahí que resulte interesante tratar de diferenciar las dos esferas -la íntima y la personal-, conscientes de que la delimitación entre ellas no es neta; más bien, constituyen los dos polos de un continuo, a lo largo del cual el grado de contacto físico entre quien presta los apoyos y quien los recibe va de mayor a menor intensidad:
A estas tareas de apoyo que son propias de la esfera íntima, se suman otras que, al no implicar contacto directo entre las personas, no recaen estrictamente en esa categoría, pero están estrechamente relacionadas con aquéllas. Se trata de tareas instrumentales que exigen un contacto directo con diferentes fluidos corporales: